lunes, 30 de junio de 2014

Irak: más de una década desangrándose, gracias al capricho de los Estados Unidos de Norteamérica

Asesinos maniáticos
Por Orbis Beltré – Relacionista público de ATEODOM / Asociación de Ateos Dominicanos

¿Y para qué sirve la ONU? 

Fue esta misma entidad que tras inspeccionar Irak previo a la guerra de 2003, advirtió al genocida gringo, George Bush hijo, que en ese país no había armas de destrucción masiva, ni tenía Saddam Hussein la posibilidad de fabricarlas en 20 años. 

Estados Unidos presentaba como argumento para hacer estallar ese polvorín mesopotámico, que aquel régimen sunita de Hussein tenía la bomba atómica, y que por consiguiente el mundo estaba en peligro. 

¿Y qué pasó cuando la ONU desenmascaró el argumento en que el Gobierno estadounidense justificaba la guerra contra Irak? 

Pasó que George Bush hijo, burlándose del mundo, dijo que la guerra iba de todos modos. Se salía con la suya la maldad, y Tony Blair de Inglaterra y José María Aznar de España entre otros gobernantes del momento, se abrazarían a esta empresa de la muerte. Incluso el Gobierno dominicano de Hipólito Mejía apoyó este ultraje, este descaro.

Hubieran sido más decentes argumentado que querían saber cuánto dolor era capaz de soportar un pueblo. Y la ONU habría dejado saber que tenía sentido y razón de ser, si ese mismo día el 95% de sus Estados miembros hubieran hecho trizas esas tres letras. Parece que Hugo Chávez fue muy condescendiente cuando dijo que la ONU era basura. 

¿Fue 
Slobodan Milosevic, más criminal que George Bush hijo, que Colin Powell, que George Tenet, que Tony Blair y que José María Aznar? ¿Y por qué esa ONU que insiste "ADVIRTIENDO" sobre el horror que se vive al día de hoy en Irak no pide prisión contra estos criminales de lesa humanidad para que sean juzgados y condenados como tales? 

Esto ni siquiera vendaría el sufrimiento de tantos miles de inocentes, pero ONU, sálvate el honor primero, para que se te respete.

miércoles, 4 de junio de 2014

Nuestro país se está hundiendo; naufragio empezó por sus barrios

Por Orbis Beltré – ATEODOM / Asociación de Ateos Dominicanos.

“En los barrios de mi pueblo, hacinados cual basura, lodosa, oscura, funesta y de amigos trágicos; de asendereados callejones y barrancas maltratadas y mil hijos regados por doquier… en esos barrios de mi pueblo, donde el rostro de los niños, sucios, escuálidos, agrestes y desteñidos por el tiempo, forman una columna militar que traspasa mil... mil generaciones! En esos barrios de mi pueblo, olvidados, colocados en algún sitio nauseabundo, millonarios de ratas, lombrices y pulgas. En esos barrios de mi pueblo, en nuestros barrios, también se dan las flores”. Ramón Leonardo.

Es falso de toda falsedad. Las drogas no son de nuestros barrios; de nuestros barrios son las flores.

¡Pero qué pesar!

Nuestros barrios, sin embargo, están repletos de drogas y consecuentemente, de centurias de jóvenes impedidos de ser flores e inducidos al consumo de la miseria y de la muerte.

El resultado está a la vista: degradación humana, desintegración familiar, violencia social e inseguridad ciudadana; frustración y desconfianza en el porvenir, entre aquellos seres humanos que se sortean la vida ante la podredumbre.

¡Qué zozobra caminar por las calles de nuestros barrios!

El país se está hundiendo. Se está hundiendo República Dominicana, y el naufragio empezó por sus barrios, donde todavía, a pesar de todos los pesares, también se dan las flores.

Y solo hay una explicación para que nuestros barrios estén embadurnados de todo tipo de drogas: las autoridades así lo han deseado y lo siguen sedeando!

Prueba infalible de que las drogas son introducidas en nuestros barrios por las autoridades, es este nombre: “Quirino Ernesto Paulino Castillo”.

Quirino, como se lo conoce popularmente, fue un militar magnate de la cocaína en nuestro país, que siempre actuó protegido, en su entonces glorioso reino criminal, incluso por al menos un Presidente de la República, o sea, por Hipólito Mejía.

¿Por qué decirlo así?

Basta analizar la reacción de José Miguel Soto Jiménez, otrora ministro de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Hipólito Mejía, tras ser emplazado por el Ministerio Público, para que aclarara por qué, si ya había cancelado a aquel militar narcotraficante, lo reingresó a las filas del Ejército Nacional.

¿Y qué decir sobre el caso “David Figueroa Agosto”?

Este narcomafioso fue, por toda una década, la omnipresencia, la omnisciencia y la omnipotencia del descaro, de la poca vergüenza y de la chabacanería a que se ha degradado la figura AUTORIDAD en nuestro país.

Protegido por los tres Poderes del Estado, David Figueroa Agosto vivía aquí como todo un príncipe de la más fabulosa monarquía jamás contada. Mejor no podría vivirse en el paraíso de la mitología judeocristiana.

El crimen aposentado en las entrañas del Gobierno. Acurrucado el crimen en el regazo de la autoridad, en el confort de los dos Presidentes de la República, que durante la presencia de Figueroa Agosto en nuestro país, desfilaron por el Palacio Nacional: Hipólito Mejía y Leonel Fernández, un dúo de sabandijas políticas, que solo en una sociedad descerebrada y decadente de todo lo que sea dignidad, podrían seguir teniendo vida pública y llamándose líderes.

Aquí la lucha contra las drogas es una farsa. Lo es así ante cualquier persona con un mínimo de sentido común, después de conocerse las declaraciones del exministro de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez, sobre cómo, aún habiéndole informado al inmediato Presidente de la República, Hipólito Mejía, respecto a quién era Quirino, este le ordenó que lo reingresara como oficial del Ejército Nacional.

Si desde aquí hasta USA la lucha contra las drogas y el narcotráfico fuera una determinación seria, al menos ese "líder" político, ese bandido llamado Hipólito Mejía, debió ser amarrado de pies y manos junto a Quirino, y llevado, no a una cárcel de Nueva York, sino a Guantánamo!


lunes, 2 de junio de 2014

Genealogía de Pablo Altagracia Báez, padre de la burguesía dominicana

Tirso Medrano
Por Tirso Medrano – Colaborador de ATEODOM / Asociación de Ateos Dominicanos.

Pablo Altagracia Báez, el más rico de los comerciantes de su época nacido en esta tierra. Ganadero, hacendado y esclavista azuano. Propietario de los más grandes aserraderos de su época. En el 1821, era alcalde de Azua. 

El historiador Carlos Esteban Deive, en su libro La Esclavitud del Negro En Santo Domingo (1492-1844), nos dice que “por esa fecha existían bandos rivales, el pro-haitiano que buscaba la unión de la colonia con el estado vecino, en ese entonces bajo la presidencia de Francois Boyer, y el que pretendía expulsar al gobierno español para proclamar la independencia de la parte oriental de la isla... para lograr su objetivo, Boyer despachó agentes a la colonia del este. Tenían la misión de inducir a los habitantes y autoridades de las ciudades y villas próximas a la línea fronteriza a apoyar la incorporación del Santo domingo español a la república haitiana. Uno de esos agentes, el teniente coronel Dezil Dalmasi, llegó a escribir cartas al alcalde de Azua, Pablo Báez, y al coronel Alix, en las que le prometía, de unirse a la causa de Boyer, posiciones civiles y militares superiores a las que mantenían”. 

El 9 de febrero del 1822, tomaba el presidente de Haití, General Francois Boyer, a la ciudad de Santo Domingo. Ocupación que duro hasta el 27 de febrero del 1844. Dejando como Gobernador al General Borgellá, quien le otorgó el titulo de diputado de la comuna de Azua, al Alcalde Pablo Altagracia Báez, ahora Diputado antes la Cámara de los Comunes que junto al Senado formaban el poder Legislativo del Estado Haitiano. 

Su esposa, María Quezada, no pudo darle hijos; pero con su esclava Juana Méndez, tuvo siete: Damián, Carlos, Altagracia, Félix, Irene, Rosa y Buenaventura Báez Méndez, que nació en el año 1810, en Rincón hoy Cabral.

Buenaventura Báez Méndez, se destacó como Político y militar. Estudió en Francia y fue diputado del congreso haitiano, posición que ocupaba en el año 1843. 

Buenaventura Báez Méndez
Fue Presidente de la República Dominicana en cinco oportunidades: 1849-1853, 1856-1858 y, tras la recuperación de la independencia (1865), en 1865-1866, 1868-1873 y 1876-1878. Su propuesta de anexionar la República Dominicana a EE UU (1869) fue ratificada por un plebiscito en febrero de 1870, pero finalmente el Senado norteamericano la rechazó, dadas las dificultades que conllevaba su realización. A pesar de este fracaso, Báez fue reelegido en el que sería su quinto período electoral, pero, en 1878, fue derrocado de la presidencia y exilio a Puerto Rico, donde falleció en el 1884. Sus restos mortales fueron traídos al país en el 1914, por su hijo entonces presidente de la República Dominicana. Lic. Ramón Báez. 

Se casó con la señora Fermina Andújar, con quien procreó a su hija Altagracia Amelia Báez Andújar, conocida como Amelia. Amelia se casó con el presidente Marcos Cabral y Figueredo, quien era hijo de Melchor María Cabral y Luna, sobrino del general Dionisio Cabral y Luna y del presidente José María Cabral y Luna, tío del poeta Fabio Fiallo Cabral y tataranieto de Marcos Cabral Maldonado quien fuera alcalde de HINCHA.

Su hija Amelia dio a luz a varios hijos, siendo los más destacados Mario Fermín Cabral y Báez (1877–1961) y José María Cabral y Báez (1864-1937), este último se casó con María Petronila Bermúdez Rochet (1872–1942).

Entre los hijos procreados por Mario Fermín Cabral y Báez, se encuentran Manuel del Cabral (1907–1999), padre de Peggy Cabral (1947–).

Entre los hijos procreados por José María Cabral y Báez, se encuentran José María Cabral Bermúdez, abuelo de Manuel Díez Cabral (1964–), Auristela Cabral Bermúdez (1901–1968), madre de Donald Reíd Cabral (1923–2006), Amelia María Cabral Bermúdez (1899–1996), madre de Juan Bautista Vicini Cabral.

Ramón Báez Machado (1858–1929), hijo de Buenaventura Báez Méndez, y María de la Concepción "Conchita" Machado Peralta (1823-1902), era médico. Fue presidente de la Republica Dominicana en el 1914 y rector de la Universidad de Santo Domingo. Ramón Báez Machado se casó con Natalia de las Mercedes Soler Machado, hija de su prima Carolina Machado Echavarría, con la cual tuvo cuatro hijos. 

Ramón Báez Figueroa
Un hijo de Ramón Báez Machado, llamado Buenaventura Báez Soler, fue el padre del empresario Ramón Báez Romano, ministro de Industria, miembro del Salón de la Fama del Golf Dominicano y presidente de la editora Listín Diario. 

Ramón Báez Romano, se casó con Ana Amelia Figueroa, es el padre del magnate bancario Ramón Báez Figueroa, propietario de televisoras, radioemisoras y medios de prensa, conocido por su implicación directa en un fraude de US$ 2, 200 millones, que provocó la quiebra del Banco Intercontinental (BANINTER) en 2003, cuyo resultado ulterior fue la crisis financiera dominicana. Las acciones de Ramón Báez Figueroa en Listín Diario fueron confiscadas en 2003, no obstante, Ramón Báez Romano, continua siendo el presidente de Listín Diario.