miércoles, 28 de enero de 2015

Emigrar no equivale a invadir, ocupar, controlar; más bien es tremenda señal de debilidad

Narciso Isa Conde
Por Narciso Isa Conde
La soberanía dominicana en este mundo del capital y del imperialismo jamás podría definirse contra un país llamado Haití, que carece de ella, recolonizado de la peor manera, empobrecido por nuestros enemigos comunes, e intervenido por EEUU y su MINUSTAH.
El pueblo haitiano ha pagado demasiado caro su osadía de proclamar la primera independencia de nuestra América y poner en marcha su revolución anti-esclavista: el imperialismo, en represalia brutal, se empecinó en desintegrar el Estado haitiano, súper-empobrecer a su pueblo y desarticular su sociedad.
Hoy Haití carece de fuerza para reconstituirse como nación independiente y como Estado, y está a años luz de ser un imperio invasor. No está en capacidad de ocupar ningún país de este globo neo-liberalmente globalizado.
Emigrar no equivale a invadir, ocupar, controlar. Más bien es tremenda señal de debilidad. EEUU es un país de emigrantes y no es una república invadida u ocupada, sino un imperialismo invasor.
Haití carece de fuerza económica, política, militar, cultural… para dominarnos. Su paupérrima población emigrante siempre ha tendido a integrarse a nuestra sociedad en forma subordinada, mientras su descendencia progresivamente se dominicaniza.
Inmigrantes y descendientes – la mayoría seres empobrecidos de piel negra- aquí son discriminados, ilegalizados, estigmatizados, perseguidos y semi-esclavizados. Sus mujeres y niños/as cargan con la peor parte de ese martirio.
¿Invasores/as? ¿Enemigos de una soberanía dominicana por ellos/as amenazada?
¿Dónde están los asesores militares haitianos que tutelan la Fuerzas Armadas Dominicanas, su MAAG, su CIA, su USAID, su FMI, su BM, su BID…?
Díganme dónde están aquí ubicadas sus corporaciones transnacionales, su Barrick, su Gold Corp, su Uni-Gold, su Falcondo, su Smith Earon, su General Electric, su Cadena de Hoteles Barceló, su American Air Line…
Cuenten los grandes capitalistas haitianos establecidos en este país.
Comparen el poder de Wally con el del tonton Cineas y sus respectivas embajadas y misiones.
¿Acaso fue la “superpotencia haitiana” la que impuso aquí la nefasta era neoliberal?
¿Es ella la que tutela nuestra PN y nuestros procesos electorales. ¿Es con sus bancos que estamos endeudados?
En fin, es misión imposible desconocer que RD es una dependencia de EEUU, un país recolonizado por esa potencia norteña, la que comparte ciertas ventajas de esa recolonización con la UE y Japón. Y, por tanto, es frente a ese imperialismo que debe definirse y rescatarse nuestra soberanía aplastada. Lo otro es una farsa tan perversa como colosal.
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