domingo, 5 de enero de 2014

El Satanás bíblico: ¿casualidad o previsión?

Orbis Beltré
Por Orbis Beltré

Le dicen todopoderoso, así entonces, puede que haya sido capaz de haber hecho el universo. Ser todopoderoso implica mucho, demasiado como para que se lo considere la máxima fuente de principios. Ser todopoderoso es tanto, que implicaría además no serlo...

Cuando un diosita nos habla de su dios lo que procura es concienciarnos de la bondad de éste. Y tiene un código de procedimiento, se siente convencido de su razón y ante todo, está seguro de que su acción es la voluntad de su dios. El diosita se cree portador de la autoridad de su dios y actúa a veces al margen del respeto al derecho que tienen los demás a disentir de sus prédicas "salva almas": aquel que le confronte es acusado de estar influenciado por un tal Satanás, que es otra creación del dios bíblico, pero que a diferencia de como le sucedió a Adán y a Eva en el mito del Edén, para él no se decretó la muerte nunca, aunque se le atribuye haber sido el responsable de "dañar" el plan perfecto del dios infinitamente infalible.

¿Hay poderes adversos en el universo?

Ante esta pregunta los diositas están obligados a externar un contundente no. Lo están porque han aceptado que su dios es el creador de todo: hay un único origen para todo y todo tiene un origen común.

Sobre el bien y el mal

Hasta ahora los diositas han  estado muy interesados en convencernos de que el origen del mal es el pecado. Incluso, han llegado al extremo de querer enemistarnos de nosotros mismos al pretender que aceptemos que somos tan malos, que deviene en maldición divina el que el hombre crea en el hombre.

Eludiendo que es la Biblia misma que nos enseña que el dios de sus páginas es el responsable de lo bueno como de lo malo que suceda, si en esa deidad no hay pecado, ¿quién es entonces el portador de aquello de donde se originó el mal?

Los diositas al unísono nos responderían que Satanás. Pero el asunto es que contrario al dios de la referida literatura ese Satanás no se hizo a sí mismo, no existió desde siempre. El tal Satanás ese se originó del dios bíblico, nació del dios bíblico, es una extensión del dios bíblico, es una prolongación del dios bíblico.

Los diositas nos dirían que sí, que lo creó su dios, pero que lo creó un ángel bueno y para que fuera bueno. Está bien hasta ahí, pero como ya en otra oportunidad había escrito, analicemos la siguiente reflexión:

Si en el universo todo lo que hay es creación del dios bíblico y ese dios es bueno, ¿adónde halló el ángel alias Satanás el gen del mal, o en quién se inspiró para diferir de su dios creador hasta el colmo de llegar a ser su adversario?

¿Un ángel tentador más antiguo que el dios bíblico y que el propio Satanás?

Cuando un ser humano roba, calumnia, miente, extorsiona, envidia, trafica sustancias prohibidas, secuestra a su semejante, tortura y asesina, los diositas están de acuerdo en que esas son manifestaciones de un ser humano influenciado por el tal Satanás. Pero cuando no había diablos ni demonios, ¿quién influenció al ángel alias Satanás, para que hiciera las cosas que supuestamente el dios bíblico, su creador, aborrece?

Lo que somos: ¿plan o azar?

Si en el dios bíblico no hay casualidad y él fue el que creó todo, significa que todo ha sido planeado; todo es como él quiso que fuera. Y si es verdad que no se mueve la hoja de un árbol sin su consentimiento, el dios bíblico ha sido, sin dudas, el promotor de todo. Significa que, de cuanto suceda en el mundo ese dios es responsable directo y absoluto.

Quiere decir entonces que ningún acontecimiento es por azar, y que el dios bíblico planeó incluso que ese ángel alias Satanás se volviera en su contra. De hecho, los "genes" del ángel alias Satanás: egolatría, arrogancia, mendacidad, envidia, saña… fueron heredados del dios bíblico, su creador; son manufactura divina.

Descartado lo del azar

Si el mundo como es ahora; si la humanidad como es ahora obedece a un plan del dios bíblico, es un descaro que se argumente que los problemas de la humanidad son una consecuencia de ese asunto llamado pecado y no del cinismo del dios que continúa predicando el cristianismo. El dios bíblico no tendría moral para pretender someternos a un juicio  final y juzgarnos  por lo que hicimos o dejamos de hacer, cuando bien sabría él, que en cualesquiera de los casos hemos simplemente consumado su voluntad.

Puesto que ese dios bíblico dicen sus seguidores que es omnisciente, o sea, que conoce el futuro y que conoce el misterio más profundo del corazón del ser humano desde antes de éste nacer; puesto que ese dios bíblico dicen sus seguidores que es omnipresente, o sea, que está en todas parte al mismo tiempo; y puesto que ese dios bíblico dicen sus seguidores que es omnipotente, o sea, que todo lo puede... que fuéramos desobedientes y pecaminosos fue su plan, plan que para su ejecución habría predestinado a un chivo expiatorio, llamado Satanás.

Si no es así, esto nos obligaría a pensar en la posibilidad de que haya en el universo fuerzas absolutamente opuestas, fuerzas de las que el dios bíblico no tiene control. Aceptaríamos creer entonces que tales fuerzas habrían influenciado al ángel alias Satanás, y que éste a su vez nos influenció a todos a través de Eva y Adán mientras ese dios del cristianismo observaba impotente.

El asunto es que, en caso de que esa sea la verdad, el dios bíblico no tendría solvencia moral para exigirnos vencer un mal que él no pudo vencer, y tampoco tendría pretexto razonable para pretender castigarnos por el hecho de que alguien más poderoso que él nos apartó de sus propósitos.

Sin más que agregar, amigas y amigos, estoy seguro de que los diositas le harían un grandísimo favor a su dios, si de hoy en adelante se dedicaran a desmentir que la Biblia es su palabra.