domingo, 22 de diciembre de 2013

¿La esperanza de nuestra patria?


Por Orbis Beltré / Relacionista público de la Asociación de Ateos Dominicanos (ATEODOM).

¿Y sus padres y sus madres? Preguntarán algunos/as que pretenden hacerse los/as tontos/as. 

Y yo, obviando que solo quieren fastidiar, les contesto: sus padres están ahí, grabándolos/as, haciéndoles fotos; están ahí, sonrientes y orgullosos/as de cómo se "tongonean" sus hijos/as al ritmo de "Ponme to´eso pa´lante" y "Colócame el culo pa´trá". (Letras de dos rap / dembow -música urbana dominicana- muy popular entre la niñez y la juventud de los barrios empobrecidos de nuestras ciudades). 

Sus padres y sus madres son, muy probablemente, los/as que se deleitan con "Palito de cocó", al mismo tiempo que piden fusilamiento para "Ánimo, ánimo, ánimo". 

¡Hipócritas! 


¿Qué puede esperarse de una sociedad en la que el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo aprueban contratos "sin leerlos" en perjuicio del país, y nadie pide siquiera disculpas,  y nadie es sancionado? 

¿Qué puede esperarse de una sociedad en la cual su Suprema Corte de Justicia, ante un hecho de alta corrupción como el caso “Sun Land”, falla de acuerdo a intereses políticos particulares, y no apegada a lo que es legal y por demás justo? Luego, a quien fuera el presidente del referido organismo, y quien echara su voto a favor de tan macabra decisión, le alcanzó el cinismo para decir públicamente, que la sentencia que "cerró" el caso "Sun Land" había colocado un crespón negro sobre los jueces de la Suprema Corte de Justicia. ¿Y? ¡No, nada, muy bien gracias!

¿Qué puede esperarse de una sociedad, que luego de toda la corrupción y abuso de poder que cometió el expresidente Leonel Fernández contra nuestro país, se lo sigue viendo como su principal capital político, y como seguro ganador de las elecciones presidenciales de 2016? 

¿Qué puede esperarse de una sociedad, que muy a pesar de que Danilo Medina empezó su mandato presidencial montado en una reforma fiscal para reponer más de 200 mil millones de pesos, que “nadie sabe cómo ni quién lo gastó”, le da actualmente más de un 80% de aprobación a su gobierno, mismo que para congraciarse con el "tigueraje" de las mafias de Leonel Fernández, a los/as pocos/as que nos hemos atrevido a reclamar justicia, nos implora que no tiremos piedras al pasado? 

¿Qué puede esperarse de una sociedad, que casi logra que Hipólito Mejía ganara las elecciones presidenciales del año pasado (2012), luego de que éste, en un intento por justificar la corrupción de su gobierno 2000-2004, dijera en el extranjero, que 8 de cada 10 dominicanos/as son ladrones/as? ¡Qué malvado y mentiroso ese Hipólito Mejía!

Es muy preocupante la falta de criterio que impera en nuestra sociedad. Llama la atención incluso, cómo pretende la clase profesional que a sus nombres les agreguemos “Lic, Ing y Dr”. Hombres y mujeres que se complacen en exhibir sin ningún rubor, sus anillos y sus títulos de "sábelos todo" graduados/as en universidades de nuestro país, de USA, de Europa, de Asia, de África y de Oceanía, para entonces continuar siendo conscriptos/as de los tres partidos políticos, que durante las últimas cuatro décadas no se han cansado de hacernos daño, hasta colocar nuestra sociedad entre los índices más altos en todo lo malo del mundo.

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