Tomado de www.acento.com.do
Por Pedro Cabiya
Citar la Biblia o
blandirla para autorizar lo que se dice es una simple impertinencia, siempre.
Presupone que el interlocutor reconoce la Biblia como un documento del que
emana esa autorización, y eso es una burda petición de principio. Es peor
cuando el tema a discutirse es precisamente la religión o la Biblia misma,
porque utilizar el documento que se pone en tela de juicio para dirimir la
cuestión es sencillamente un disparate. Y un disparate que tiene nombre: se
llama razonamiento circular.
Querido Jesús D’Alessandro,
¡Hola!
¡Cuánto tiempo! Me alegra verte involucrado en este debate; como bien habrás
podido darte cuenta, tus correligionarios lo único que logran con sus histerias
es que más y más personas descarten la religión como una alternativa sensata
para vivir en sociedad. Créeme: si todos los cristianos fueran como tú, otro
gallo cantaría. Aun así, cristiano eres, y me permito honrar tu respuesta.
¿Es solo cuando Ortiz lo hace o en general
ver citada la Biblia en un artículo te parece “una práctica sandia,
impertinente y de mal gusto”? ¿O es el hecho de citarla de vuelta tú? En
cualquier caso eres libre de expresarlo, solo que no introduzcas el artículo
como “…respuesta que busca esclarecer el debate…”
Citar
la Biblia o blandirla para autorizar lo que se dice es una simple
impertinencia, siempre. Presupone que el interlocutor reconoce la Biblia como
un documento del que emana esa autorización, y eso es una burda petición de
principio. Es peor cuando el tema a discutirse es precisamente la religión o la
Biblia misma, porque utilizar el documento que se pone en tela de juicio para
dirimir la cuestión es sencillamente un disparate. Y un disparate que tiene
nombre: se llama razonamiento circular. Ejemplo:
Alberto:“Dios
existe.”
Pedro:“¿Cómo
lo sabes?”
Alberto:“Porque
la Biblia lo dice.”
Pedro:“¿Y
por qué debo creerle a la Biblia?”
Alberto:“Porque
la Biblia fue escrita por Dios.”
¿Te
parecería o no una estupidez que yo empezara ahora mismo a respaldar mis
palabras con citas de Harry Potter? ¿Qué me dirías? Rehusarías, sin duda,
aceptar mis citas como válidas para el argumento, y te importaría muy poco que
Harry Potter fuera para mí la fuente de toda sabiduría. Sospecho que me
ridiculizarías, y estarías en tu derecho, puesto que sería ridículo. De todas
formas, y como sé que Ortiz sí considera la Biblia un documento autorizado, se
la cité de vuelta. En un debate racional, las ideas deben bastarse a sí mismas
y ser juzgadas por su consistencia interna.
Inicialmente veo que señalas el
Cristianismo, o sea, el Nuevo Testamento, como algo mágico, contrario a la
razón y al desarrollo, ¿esto significa que conoces el Nuevo Testamento, su
contexto y sus efectos en las sociedades, y que tu conclusión es precisamente
esa?
Aunque
este es un argumentoad hominemque
busca descalificarme, te satisfaré. Crecí en un hogar católico ortodoxo, criado
por una madre catequista de capa y espada que, además de farmacéutica, hizo
estudios de teología. Mi primera lectura fue la Biblia. Y mi segunda. Y mi
tercera. Estudié en colegios católicos. Obtuve mi maestría en literatura
medieval europea, lo cual significó estudiar a fondo la patrística. Justino
Mártir, San Agustín, Eusebio, Orígenes, Santo Tomás, Celso… estos eran los
libros de mi mesita de noche. Aparte de esto, no te soy extraño, de modo que me
conoces como un lector perspicaz y maestro hábil. No sostengo lo que sostengo
por ignorancia del tema, al contrario: sostengo lo que sostengo a raíz de lo
que sé sobre el tema. ¿Que podría estar equivocado? Claro que sí: demuéstrame
con buenos argumentos y evidencia en qué y cómo, y sopesaré como responderte.
Los cristianos seguimos las enseñanzas de
una persona ubicable académicamente en el tiempo y el espacio que, juzgando por
la dimensión incomparablemente liberadora de su filosofía, es consecuentemente
incomparable.
Sabes
perfectamente bien que Jesús no es ubicable ni en el espacio ni en el tiempo, y
que ese es uno de los grandes problemas de la historiografía cristiana. No
existe ni una sola referencia contemporánea a Jesús, ni a los eventos mágicos y
extraordinarios narrados en los evangelios (que, dicho sea de paso, se
contradicen mutuamente)… excepto por un párrafo de Flavio Josefo,
demostradamente falsificado por Eusebio. Más importante aún, recibimos de la
antigüedad solo aquello que no quemó o no logró quemar el increíblemente
poderoso aparato totalitario de la Iglesia, empeñada en cuadrar su dogma; así
pues, sabemos muy poco de los detractores y críticos tempranos del
cristianismo. Lo siento, Jesús, pero el Jesús de los evangelios no aparece en
ninguna referencia independiente, y no podría ser de otra manera, porque se
trata de un personaje mítico, literario, alegórico, que ciertas sectas
gnósticas de judíos helenizados, probablemente de Alejandría, y de inclinación
literalista, erróneamente interpretaron como histórico. La bibliografía está
ahí… pero el problema con los creyentes adoctrinados es que no sacan el hocico
de la Biblia ni de las páginas de los apologistas. Viven en el cerrado mundo de
los que creen lo que creen porque creen. Yo consumí esa literatura
también,claro, pero la redondeé con lo que tenían que decir otros estudiosos,
no comprometidosa prioricon una ideología.
¿Puedes tú decir lo mismo? Atrévete a salir del cómodo mundo de la apología,
termina de leer lo que hay allá afuera, y entonces discutamos este punto.
Está muy de moda decir que el Cristianismo
es de la Edad de Bronce,¿por qué dices esto tú también? Solo el contenido del
Pentateuco y Job (solo 6 libros del Antiguo Testamento, que además son escrituras
del Judaísmo) pertenecen a ese período. A parte de lo errada que es esta
datación, algunas personas usan este concepto para hacer alusión a lo viejo que
es el Cristianismo, razón por la cual “no debe ser tenido en cuenta.”
Nunca
dije que los evangelios fueran de la edad del bronce. De hecho, en ningún
momento me refiero a los evangelios. Estoy consciente de que solo el Pentateuco
data de esa época, precisamente
los cinco libros de los cuales emana la exhortación contra la homosexualidad
que tanto les gusta citar a los evangélicos y el verdadero tema de mi ensayo. Ciertamente,
los hombres y mujeres modernos no podemos
regirnos por preceptos que datan de una edad superada. Hoy sabemos, por
ejemplo, que es moralmente reprehensible asesinar a los hijos desobedientes,
como manda Deuteronomio. Hoy sabemos que no es correcto esclavizar a otros
seres humanos, como dice Éxodo… Y que es prácticamente imposible obedecer
Levítico cuando prohíbe el uso de indumentarias que mezclan diferentes tejidos.
Si hoy día alguna persona viviera a pie juntilla lo que prescribe el
Pentateuco, acabaría en la cárcel, pues tendríamos que separarlo de la sociedad
y protegernos de él. Lamentablemente, el Pentateuco contiene muy pocos elementos
de utilidad para la vida moderna. El cristianismo tampoco es
relevante para nuestra sociedad, ni lo es ningún dogma de fe. No lo es ninguna
ideología que pregone contra las mujeres, y que llame a la violencia, por un
lado, y a la sumisión, por el otro. Y sostengo que esto lo saben incluso los
mismos cristianos, quienes, para vivir en sociedad, saben perfectamente qué
tomar y qué dejar de los evangelios, pues reconocen, de manera instintiva y
automática, qué partes se ajustan a la moral humana, y cuáles no. En este
sentido, hasta en los cristianos vemos una moralidad que no surge de la Biblia
y según la cual ajustan lo
que usan de la Biblia. Quiéraslo o no, en este punto, tu propio comportamiento
cívico me da la razón.
En cualquier caso, ¿en serio debemos usar
esa lógica? o sea, si la edad de algo dicta su pertinencia, entonces ¿qué
hacemos con la homosexualidad?
Estás
equiparando aquí chinas con botellas. Y sé que estás de acuerdo conmigo, puesto
que más abajo dices: “La homosexualidad es una conducta sexual, el Cristianismo
es toda una cosmovisión ¿Es sensato igualar estas dos cosas en los debates?”
“No me malinterpretes, hubiera sido muy
valioso ver una visión antagónica a la de José Alberto, eso solo enriquece el
debate y nos motiva a todos a encontrar verdad. Pero todo se volvió, parece,
una visión antagónica a la existencia de José Alberto. Un rechazo que parece
dogmático y airado hacia el dogmatismo que ves en Ortiz.”
Cita
textualmente una sola instancia en la que ataqué o antagonicé “la existencia
misma de José Alberto”. En mi artículo hice dos cosas; imité los recursos
retóricos de Ortiz para “virarle la tortilla”; y acto seguido desmonté sus
ideas y su exposición de las mismas. Ninguno de mis argumentos fuead hominem, a menos que estés pensando en ese pasaje en el que dije que Ortiz era
un caso perdido (¿no lo es?) Los creyentes suelen cometer esta falacia
demasiado frecuentemente. Entienden que atacar la idea que profesan es
atacarlos a ellos mismos, y de esta forma buscan proteger la idea pidiendo
protección y respeto para sí. Lo siento, amigo mío, pero esa chulería no va
conmigo. Si ahora mismo tú me dijeras que la teoría del Big Bang es
un soberano disparate, ¿no sería una completa sandez ripostar que me ofendes
personalmente y buscar de esa forma desarmar tu aseveración? Ninguna idea, el
cristianismo incluido, está por encima del análisis, de la crítica, ni de la risa,
que es, en cierto modo, un análisis. Pedir para sus ideas la protección de lo
sagrado, para que ni sean analizadas, ni escudriñadas, ni parodiadas, ilustra
perfectamente la deshonestidad intelectual fundamental de los creyentes.
Cuando defines el Cristianismo como “la
ideología de pastores de cabras que habitaron los desiertos del Medio Oriente
en la Edad de Bronce” creo que entiendo tu indignación; si el cristianismo
fuera eso yo no me aventuraría a escribir estas breves líneas, y sobre todo,
algo así fuera hoy material de museo o un antiguo patrimonio intangible perdido
hace milenios.
El cristianismo tampoco es relevante para nuestra sociedad, ni lo es ningún
dogma de fe. No lo es ninguna ideología que pregone contra las mujeres, y que
llame a la violencia, por un lado, y a la sumisión, por el otro. Y sostengo que
esto lo saben incluso los mismos cristianos, quienes, para vivir en sociedad,
saben perfectamente qué tomar y qué dejar de los evangelio
Vuelves
a utilizar palabras que no están en mi ensayo. Estoy empezando a creer que lo
haces a propósito. Lee otra vez. La ideología que defino aquí es la que utiliza
Ortiz para su catilinaria, salida del Pentateuco. Siendo esto así, ¿exactamente
qué parte de esta aseveración es falsa? ¿Pastoreaban o no pastoreaban cabras
los autores de esos libros? ¿Vivían o no vivían en los desiertos y oasis del
Medio Oriente? ¿Pertenecían o no pertenecían a la edad del bronce? Que no te
guste como suena no quiere decir que sea falso.
Los diferentes renacimientos científicos y
culturales desde Carlo Magno hasta el mismo Renacimiento Italiano fueron
emprendimientos cristianos, el concepto de la educación de las masas también.
Y
en el mundo árabe, todos los diferentes renacimientos científicos y culturales
fueron emprendimientos islámicos. ¿Acaso tenían alguna otra opción? En
sociedades en la que se persigue la heterodoxia obviamente todo
lo que sucede debe suceder dentro de la ortodoxia. Que algo suceda en el
contexto del cristianismo no quiere decir que sea cristiano odel cristianismo.
Eso es una falsa equivalencia… Y sin embargo, discrepo. Todo los grandes
renacimientos culturales y científicos se han dado a pesar del
cristianismo y a riesgo de la hoguera, excepto, quizá, durante el Renacimiento
europeo, y solo porque la iglesia relajó su vigilancia y su persecución. No veo
cómo puedas estar en desacuerdo con esto.
¿Por qué presentar la mera sexualidad de
alguien como un mérito que lo hace héroe? ¿Eso es sensato? ¿Reducir las causas
del éxito de Alejandro Magno, Da Vinci, Miguel Ángel, Whitman a la
homosexualidad que practicaron es algo sensato?
Supongo
que derivas esto de aquí: “Contracorriente fueron Miguel Ángel, Leonardo Da
Vinci, Alejandro Magno, Alan Turing, Sappho, Tchaikovsky, Walt Whitman y todos
aquellos seres humanos de la historia (mejores que tú, que me lees, mejores que
yo, que escribo, y ciertamente mejores que José Alberto Ortiz), que desde su
homosexualidad han contribuido más a la felicidad del mundo en que vivimos que
todos los diseminadores del odio desde su heteronormatividad.” Léelo de nuevo,
y dime tú mismo si lo que estoy haciendo es presentando “la mera sexualidad de
alguien como un mérito que lo hace héroe”. Entendería tu acusación si hubiera
dicho “que por su
homosexualidad han contribuido…” Pero este no es el caso, y tu lectura es
caprichosa.
Debo decir que tengo la meta y la orden
de, diariamente, respetar y amar a todo el mundo.
Yo
tengo la misma meta, pero no me lo ordena un ser imaginario, sino la razón. Se
puede ser bueno y moral sin ser teísta, Jesús, y aquí sí afirmar lo contrario
ofende a los millones de seres humanos que son buenos sin creer en tu dios ni
en ningún dios, pues los relegas al vertedero de la moralidad
sencillamente porque no profesan tu fe. No te maravilles de que se pueda ser
bueno sin un dios, sino que tenle compasión (y un poco de miedo) a quienes
necesitan un dios para ser buenos.
Cuando nos veamos en la silla patética de
Maximilien Roberspierre durante la Revolución Francesa, inventando un cascarón
de religión al vapor para cubrir el vacío dejado en la gente cuando les pedimos
que crean que no hay Dios, para apaciguar las orgías de anarquía que surgen
cuando ya nadie tiene porqué perseguir hacer el bien de la totalidad de los
individuos 24/7.
¿Qué
tal si en lugar de adoctrinar a las personas con mitología y magia, los
educáramos? No veo que Suecia ni Dinamarca ni Noruega ni ninguna otra sociedad
predominantemente atea esté sumida en el caos anárquico que mencionas. Sí veo
en esas sociedades ciudadanos altamente educados y bajos índices de
criminalidad y corrupción. El caos y el reperpero que describes lo veo más en
sociedades muy religiosas o teocráticas. Lo siento, pero estás entendiendo el
asunto completamente al revés. Es la religión la causante de la división y el
caos y la guerra, y no creo que tenga que citar fuentes para evidenciarlo;
ponte a ver las noticias o lee cualquier libro de historia. No puede ser de
otra forma, puesto que el pensamiento irracional genera comportamientos
irracionales. Es más fácil para un creyente que para un ateo romper la ley o
ser violento, puesto que su estándar moral emana de un ser imaginario que puede
ser utilizado para justificar lo que sea sin tener ninguna necesidad de mostrar
evidencia. Solo necesita fe en que eso es lo que quiere su dios. Ningún ateo
está matando a nadie en nombre del ateísmo. Abundan los estudios en los que
famosamente los ateos salimos mejor parados en cuestiones de moralidad que los
creyentes. Por eso, contrario a ti, entiendo que este mundo solo conocerá la
paz cuando se libere de las cadenas de la religión.
Por otro lado, los invito a buscar en los
textos bíblicos cristianos cuales son las enseñanzas que justifican los
asesinatos a personas ilustres solo porque no piensan igual, o que justifican
las Cruzadas, la Inquisición, las Guerras de la Religión entre Francia,
Inglaterra y España, la pedofilia, el afán por dinero o poder de muchos líderes
evangélicos y todas las demás locuras hechas en nombre del Cristianismo. Se
darían cuenta de que el Cristianismo condena todo eso, y que los individuos que
hacen estas cosas desde las iglesias lo hacen en contra de sus fundamentos, si
es que realmente son cristianos.
Es
una deshonestidad intelectual rescatar para el cristianismo los aciertos y los
desaciertos achacárselos a otra cosa. Esta es una falacia que no puedo dejarte
pasar. De ser así, yo estaría en mi derecho de achacarles los aciertos a otra
variable, y endilgarle los desaciertos únicamente al cristianismo.
Podemos ampliar estas cosas y hablar
muchas otras luego, ya debo cerrar por razones de agenda. Más adelante, cuando
tenga un poco de tiempo para hacerlo, me gustaría contribuir al debate sobre la
homosexualidad, ya no comentando tu artículo. Finalmente, fíjate que no
cuestiono tus críticas al contenido de los escritos de José Alberto, más bien
preocupan algunos de los complementos y deducciones que presentas como ya te lo
mencioné antes por aquí. Igual voy a leer los artículos de él que señalas.
Me
parece, Jesús, que esto es lo primero que debiste haber hecho: leer los
artículos a los que me referí… y acto seguido comportarte como un buen
cristiano, seguir tu mandato de “diariamente, respetar y amar a todo el mundo”,
y salir a dar la cara por un grupo oprimido respondiéndole
tú a José Alberto Ortiz. Si no quieres que se encargue un ateo de lo que
debería estar encargándose un cristiano, prioriza… porque veo que no perdiste
mucho tiempo escribiendo un artículo para responderme a mí, defendiendo rápidamente
el formato de tu doctrina en lugar de ponerla en práctica. No por nada
dijo San Pablo que la letra mata, pero el espíritu vivifica. Atiende más el
espíritu, que no la letra. No te preocupes tanto de lo que pueda pensar o dejar
de pensar de la fe que profesas un ateo, y sí preocúpate de lo que piensa o
deja de pensar la gente que profesa tu fe, muchos de quienes, en nombre de
Jesús, predican la deshumanización, la persecución y la intolerancia.
Para
terminar, es interesante observar que mi ensayo no es sobre el cristianismo ni
sobre la historicidad de Jesús. Ni siquiera es sobre ateísmo. Mi ensayo es
sobre la intolerancia de un artículo, respaldado por un estudio científico y
escrito por un evangélico. En mi texto incluyo, además, estadísticas reales
sobre los pastores evangélicos que descalifican al evangelismo como un agente
moralizador relevante en nuestra sociedad. Ambos puntos centrales de mi ensayo,
la deshumanización que intenta Ortiz de todos los homosexuales por medio de la
ciencia, y las estadísticas que, científicamente, demuestran que el evangelismo
está sumamente mal equipado para pronunciarse en asuntos de moralidad,han
sido minuciosamente ignorados por absolutamente TODOS los lectores que han
pretendido responderme.Y entre ellos te incluyo a ti también.
Misteriosamente, los candidatos a refutadores solo se han enfocado en la sorna
con que, en el segundo párrafo de mi ensayo, resumo el dogma de la cristiandad
en una sola oración para efecto humorístico; el resto del artículo parece
no existir. Ninguno ha querido involucrarse conmigo en ese aspecto.
Me parece muy revelador que tantos cristianos hayan decidido encresparse
por una simple frase al tiempo que se desentienden del resto del artículo,
mucho más relevante para la doctrina que dicen profesar. Imagino que aplica
aquí el proverbio que reza: “Mono sabe palo que trepa”. Se han ido por todas
las ramas menos por la que tiene la fruta. Es más fácil, supongo, limitarse al
área de mi ensayo que puede refutarse porque gloria a Dios, censurarse porque
hosanna y descartarse porque aleluya. Lo otro requiere seso. Lo otro requiere
admitir falencias. Lo otro requiere examen de conciencia.
Hasta
pronto, Jesús. También yo te reconfirmo mi amistad y te agradezco tu ecuánime,
erudita, apasionada, si bien ultimadamente equivocada, respuesta. Te quiero, te
estimo y te recuerdo; encontrarte por los pasillos de la universidad siempre
fue un vaso de agua fresca. Solo por esa razón me he tomado el tiempo de
responderte. Cristianos cristianos como tú le dan lustre a lo que rápidamentese
convierte en una cofradía de histéricos motivados por el prejuicio y el odio,
ciegos a la razón y persistentes en el error, incluso delante de las
evidencias. Creo que tu tarea evangelizadora debe empezar entre los propios
evangélicos. Ojalá este sea el primero de muchos intercambios.
Un
gran abrazo.