Por Orbis Beltré
Luis Abinader se reúne con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y lo que más se destaca del conversatorio entre ambos, es que el político se tomó el tiempo para elogiar los “valores” de la educación católica.
Es que no sé cómo es que estos políticos se "venden" al sufrido y desilusionado electorado dominicano dizque como "la nueva esperanza", y al mismo tiempo se arman con las mismas flechas envenenadas con que durante los últimos 50 años nos han estado matando los llamados políticos tradicionales.
Un político diferente a los políticos que hemos tenido los últimos 50 años, es un político que en su plan de Gobierno le diga a la gente cuáles son los males estructurales de nuestro pueblo y cómo los va a enfrentar.
Uno de los males de nuestro pueblo ha sido esa Iglesia católica y su siempre disposición para servir del lado de los malos. Pregúntenle a Juan Bosch, por ejemplo.
Y para ser más reciente, del año 1996 hasta el presente, todas las diabluras que se han cometido en perjuicio del pueblo dominicano llevan el sello y la firma de esa Iglesia católica que preside el cardenal López Rodríguez. Y si no pregúntenle a Agripino Núñez Collado, el tristemente famoso mediador, pero siempre para en detrimento de los intereses de la sociedad dominicana.
¿Cuál es el valor de la educación católica?
Luis Abinader se reúne con el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, y lo que más se destaca del conversatorio entre ambos, es que el político se tomó el tiempo para elogiar los “valores” de la educación católica.
Es que no sé cómo es que estos políticos se "venden" al sufrido y desilusionado electorado dominicano dizque como "la nueva esperanza", y al mismo tiempo se arman con las mismas flechas envenenadas con que durante los últimos 50 años nos han estado matando los llamados políticos tradicionales.
Un político diferente a los políticos que hemos tenido los últimos 50 años, es un político que en su plan de Gobierno le diga a la gente cuáles son los males estructurales de nuestro pueblo y cómo los va a enfrentar.
Uno de los males de nuestro pueblo ha sido esa Iglesia católica y su siempre disposición para servir del lado de los malos. Pregúntenle a Juan Bosch, por ejemplo.
Y para ser más reciente, del año 1996 hasta el presente, todas las diabluras que se han cometido en perjuicio del pueblo dominicano llevan el sello y la firma de esa Iglesia católica que preside el cardenal López Rodríguez. Y si no pregúntenle a Agripino Núñez Collado, el tristemente famoso mediador, pero siempre para en detrimento de los intereses de la sociedad dominicana.
¿Cuál es el valor de la educación católica?
¿El que sea una educación clasista y elitista es una virtud?
¿Cuál es el valor de la educación católica?
¿Que enseñe que somos seres que nacemos moralmente dañados?
¿Que enseñe que hay "cosas" llamadas espíritus, que embarazan niñas?
¿Cuál es la virtud de una educación que se fundamenta en mitos como el Jesús bíblico?
¿Cuál es el valor de una educación que acentúa la segregación de la sociedad?
¿Qué criterio democrático tiene la educación católica, y en qué Estado de derechos puede verse como virtuoso el que un Estado extranjero, como lo es el Vaticano, imponga por ley, a otro Estado, cuáles deben ser "los principios" de la educación que se le va a ofertar a una sociedad plural, como lo contempla el literal E del artículo 4 de la ley 6697 sobre Educación?
¿Es virtuoso el que haya un concordato católico, que contrariando el artículo 45 de la Constitución dominicana, prescribe cuál debe ser la religión de la nación, como si todos los ciudadanos estuviéramos obligados a ser católicos por ley?
Este Abinader, reitero, con esta acción, nos advierte que no es diferente a todos los políticos que jamás se han atrevido a confrontar los males estructurales de nuestro país, y que al final solo han llevado más frustración al pueblo dominicano.