Amaury Fernández Jorge |
Por Amaury Fernández Jorge - Miembro de SER / Sociedad
Escéptica Racionalista
“Pero ahora te veo con mis propios ojos”, le dice Job a Jehová en Job,
42:5. Mas Juan, el evangelista, asegura que “nadie ha visto jamás a dios”
(Juan, 1:18).
Así que, según Juan, Job no dice la verdad. Pero Juan extrae su creencia
del mismo Jehová, que viene en su relevo, cuando en Éxodo, 33:20 le dice a
Moisés: "Pero te aclaro que no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre
podrá verme y seguir viviendo".
Pero, Jehová no tiene una válvula reguladora entre el cerebro y la boca,
y como en muchas otras ocasiones, dice cualquier cosa que se le ocurra, pues ya
en Éxodo, 33:11 se había esta blecido que: “Dios hablaba con Moisés cara a
cara, como quien habla con un amigo", y más adelante, en Números, 12:7:
"Él (Moisés) es el más fiel de todos mis siervos, y con él hablo cara a
cara y en un lenguaje claro".
Habría que preguntarle al dios judío: Qué hacemos con Éxodo, 33:20?
Pero con Abraham fue peor (Génesis, capítulo 18), pues con él no solo habla cara a cara, sino que dialoga de manera desenfada, se refresca un rato con sus dos guardaespaldas debajo de un árbol, come una comida que este le prepara (no sabía que esta soberbia deidad necesitara comer) y al final se va a Sodoma y Gomorra "para saber si en verdad su maldad es tan grande como se me ha dicho. Así lo sabré.
Pero con Abraham fue peor (Génesis, capítulo 18), pues con él no solo habla cara a cara, sino que dialoga de manera desenfada, se refresca un rato con sus dos guardaespaldas debajo de un árbol, come una comida que este le prepara (no sabía que esta soberbia deidad necesitara comer) y al final se va a Sodoma y Gomorra "para saber si en verdad su maldad es tan grande como se me ha dicho. Así lo sabré.
"(Génesis, 18:21). Este pasaje es por demás revelador, pues
demuestra que este dios no lo sabe todo ni está en todas partes al mismo
tiempo, pues necesita llegar a Sodoma y Gomorra para comprobar lo que "se
me ha dicho. Así lo sabré".
Ya lo sabemos, “nadie ha visto jamás a Dios” (Juan, 1:18), porque
“ningún hombre podrá verme y seguir viviendo” (Éxodo, 33:20). Sabemos también
que “Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo",
(Éxodo, 33:11), y que "Él (Moisés) es el más fiel de todos mis siervos, y
con él hablo cara a cara y en un lenguaje claro" (Números, 12:7), pero
Moisés no murió, fallando lastimosamente lo establecido por Jehová en Éxodo,
33:20. Tampoco murió Abraham, cuando habló cara a cara con Jehová y sus dos
guardaespaldas (Génesis, capítulo 18).
Usted me dirá qué es lo que sabemos, pues con respecto de ver a Jehová
cara a cara solo sabemos que no sabemos nada. Viva Sócrates!