Orbis Beltré |
Por
Orbis Beltré - Relacionista público de ATEODOM / Asociación de Ateos
Dominicanos.
Hay cosas muy perturbadoras que no deseo
aprender a justificarlas: que se consienta el asesinato de niños para despojar
a sus padres de sus tierras, o por simplemente estos niños haber llamado calvo
a un calvo.
Hay cosas muy perturbadoras que no deseo
aprender a justificarlas: que si una mujer no llega virgen al matrimonio
debemos asesinarla, que la mujer que es violada queda automáticamente obligada a casarse con su verdugo, que cuando una mujer
está en su periodo hay que apartarla de la familia.
Qué
cosa tan perturbadora: que se prohíba que la mujer sea autoridad, y que se la predestine a que sea su único deseo vehemente, el llegar a tener un marido y
vivir sometida a este marido.
Hay
cosas muy perturbadoras que no deseo aprender a justificarlas: que debemos
asesinar a los homosexuales, que no debemos comer mariscos porque entonces hay
un dios que nos mandará a un lugar de tortura por la eternidad, que no debemos
vestir ropa de dos hilos diferentes, que no debemos rasurarnos la barba.
Hay
cosas muy perturbadoras que no deseo aprender a justificarlas: que tenemos
derecho a poseer esclavos, y a golpearlos tan fuerte como queramos, solo
teniendo cuidado de que a causa de cualquier golpiza no mueran el mismo día,
sino al día siguiente, porque así dice la palabra de un dios, para que nos
libremos de ser castigados por su justicia.
Hay
cosas que me resisto simplemente, a darles un lugar en mi vida, a que sean el
sentido de mi vida, como esta que es tan estúpida: todo el universo lo hizo un
ser tan poderoso, que su debilidad es oler la carne asada.