“La astronomía nos hace humildes”, eso me comentó Rafael Colón Romano. Rafael es un joven dominicano de esos tantos que tenemos en nuestro país, impregnados de una inteligencia como tal vez el resto del mundo ignora que la haya en este terruño que es poco más de media isla, y que casi siempre es visto desde afuera, sin otro interés más que el de sus playas, las enormes riquezas materiales que guarda en su subsuelo, o como punto, entre América y África, de una importancia geopolítica sin equivalentes en cuanto se piense en caminos para Europa…
¿Nos hace humildes la astronomía?
He estado pensando mucho al respecto, y luego de hurgar buscando saber cómo nos hace humildes la astronomía, “Diálogo sobre los principales sistemas del mundo” me animó a afirmar esto: Sí, la astronomía debería prescribirse como terapia para curar la soberbia.
La actividad astronómica en República Dominicana
El pasado sábado 8 del presente mes, desde las 3:00 pm hasta las 10:00 pm., la Sociedad Astronómica Dominicana estuvo con nosotros/as en el Centro Cultural Perelló de Baní, provincia Peravia. Ocho modernos y potentes telescopios estuvieron a disposición del público que desfiló por allí. Niños/as, adolescentes, mujeres y hombres de todas las edades, alegres y emocionados/as hacían filas para acercarse a esos aparatos que apuntaban al firmamento, durante el día al sol, y ya en la noche, a la luna de nuestro planeta, y a algunas de esas diminutas luces a las que comúnmente llamamos estrellas.
Por primera vez en sus vidas dirigían sus ojos al cielo a través de un telescopio. Y se podía contemplar cómo disfrutaban aquello que veían: nunca se limitaron a aceptar las explicaciones científicas del personal de la Sociedad Astronómica Dominicana, sino que cada niño/a, cada adolescente, cada mujer y cada hombre, hacía las más diversas preguntas sobre cada objeto observado, y sobre la posibilidad de vida fuera de nuestra atmósfera.
Antes de continuar, es conveniente, para que los/as menos entendidos/as en la materia se formen una idea de lo lejos que están los objetos que estuvimos observando, definir en palabras sencillas qué es un año luz.
Cuando nos dicen que una estrella X está a un año luz de distancia desde la tierra, significa que, si salimos corriendo desde nuestro planeta a una velocidad constante de 300 mil kilómetros por segundos (300 mil km/s), tardaríamos un año en llegar a esa estrella X.
En esta ocasión la actividad se desarrolló de acuerdo al plan, y consistió en observar lo siguiente:
La estrella Sirius. Es la estrella más brillante del cielo. Distancia: a 8,6 años luz.
El cúmulo doble de Perseo. Distancia: a 7, 600 años luz.
La nebulosa de Orión. Distancia: a 1,344 años luz.
La estrella Betelgeuse. Distancia: a 643 años luz.
El cúmulo abierto de Pléyades. Distancia: a 440 años luz.
La estrella Alcor. Distancia: a entre 81 y 82 años luz.
La estrella doble Mizar. Distancia: a entre78 y 79 años luz.
La estrella Aldebarán: a 65 años luz.
La estrella Capella. Es la sexta estrella más brillante del cielo. Distancia: a 42 años luz.
El planeta Júpiter. Distancia: a 588 millones de kilómetros.
La luna Europa (del planeta Júpiter). Distancia: a 628.300.000 km.
El sol (el de nuestro sistema). Distancia: a 150, 000.000 de kilómetros.
La luna (del planeta Tierra). Distancia: a 384,600 km.
En sentido general fue una actividad muy bonita. Aquellos jóvenes de la Sociedad Astronómica Dominicana, entusiastas y curtidos en explicaciones del universo, respondían cada pregunta de los/as presentes y al mismo tiempo les motivaban más y más interrogantes, hasta lograr estructurar una conversación doble vía en la que todos/as por momentos llegamos a sentirnos parte de un equipo de científicos astrónomos/as, a pesar de que la mayoría de quienes estábamos allí nunca antes habíamos tocado un telescopio.
El pasado día 8 del presente mes ha venido a ser uno más de los muchos días en que he resolutado que solo la educación puede conducir al ser humano hacia la libertad, hacia la paz y el respeto a la vida. Una vez más he concluido que motivar la curiosidad en nuestros/as niños/as, por ejemplo, en cuanto al universo, a nuestra significación como pobladores de esta vastedad cósmica, debería ser una asignatura del sistema educativo primario de nuestro país. Pues el fin de la educación debe ser imbuirnos sensatez, y no hay, a mi consideración, medio más sencillo y efectivo a la vez, que la astronomía.
Directivos de la Asociación Dominicana de Astronomía:
Directiva de ASTRODOM |
Karls Vladimir Peña / Presidente Astrodom.
Manuel Grullón / Director de observaciones.
Fritz Pichardo / Tesorero y enlace con el CCP
Rafael Colón / Relaciones públicas y medios
Miembros asistentes (STAFF):
Robert Guerrero
Vladimir Almanzar
Manuel Gómez
Miguel Acevedo
Eric Ramos