Orbis Beltré |
Por Orbis Beltré
Conozco la vastedad de publicidad que tiene el
cristianismo, especialmente aquella que consiste en presentar a ateos que
dizque terminan convirtiéndose al cristianismo.
Yo soy ateo, y podría decir que respecto al creyente
cristiano, tengo una desventaja existencial: los vacíos de mi vida no hay años
luz que puedan medirlos.
Quisiera ser cristiano, sin embargo, me resisto a cargar
el peso de una deshonestidad tan inmensa como los vacíos de mi vida.
Siempre he dicho, y lo sostengo, que si el Jesús bíblico
se tratara de un personaje histórico, comprobado por las ciencias sociales,
sería una insensatez no ser cristiano. Desafortunadamente, ese pretencioso paradigma moral
tan presumido en Occidente es, hasta que se demuestre lo contrario, una
ficción.
Es verdad que de este personaje llamado Jesús se han
escrito millones de páginas, mas no hay, entre esos millones de páginas
escritas, una sola línea que no tenga como sustento la Biblia, porque es la
única fuente primaria, secundario o terciaria que existe... tiene que ser imposible
que de alguien que hubiera sido tan extraordinario y que habría vivido ayer
-porque en términos históricos dos mil años es poco tiempo- nadie escribiera
nada, y que para mayor descrédito sean tan contradictorios los evangelios.