domingo, 2 de febrero de 2014

Sobre el discurso de Telésforo Isaac, Obispo Emérito Iglesia Episcopal/Anglicana

Orbis Beltré
Por Orbis Beltré - Miembro de ATEODOM / Asociación de Ateos Dominicanos.

Es admirable que Telésforo Isaac, Obispo Emérito de la Iglesia Episcopal Anglicana, se haya expresado en estos términos: www.acento.com.do/index.php/blog/12508/78/Observaciones-a-nuestros-lideres-cristianos.html.

Soy ateo, y precisamente por eso, debo ser una persona dispuesta siempre a reconocer, sin distinción de origen, aquello que por resolución de hechos comprobables se erige en postulados humanísticos.

Si mal no recuerdo, fue en "El hombre mediocre" que leí algo así como que los seres humanos habíamos adoptado la naturaleza de las lianas: crecen a la altura del más sobresaliente de todos los árboles del bosque, pero una vez llegan a su copa, descienden al suelo.

Puede que esto resulte demasiado atrevido para algunos/as cristianos/as, pero en esta oportunidad, la reflexión de Telésforo Isaac lo vuelve un desertor de ese complejo de lianas que hemos asumido los seres humanos, y lo catapulta más allá de ese cristianismo que irremisiblemente parte de una premisa falsa y que por consiguiente, puede que sea tal falsedad, el nido donde se incuba la desidia y el desentendimiento de muchos/as cristianos/as respecto a los males del mundo.

¿Cuál es la premisa en que se fundamenta el cristianismo?: "El ser humano es malo por naturaleza".
Telésforo Isaac

Partiendo de ahí, el cristianismo enseña que la convivencia en justicia no es posible en este mundo; partiendo de ahí, el cristianismo ha venido hasta aquí enseñando que donde vamos a ser felices, que donde vamos a ser justos, que donde tendremos paz, será en otro lugar y no en la tierra.

Se ha empeñado el cristianismo en enseñar que un reino de justicia no es posible en este mundo y así, sin tal vez haberlo querido, se ha motivado en muchos/as cristianos/as, un sutil pero implacable y dañino desprecio hacia este mundo y hacia la humanidad.

Y agotan sus vidas aquí los/as cristianos/as, asumiendo una actitud que muchas veces les deja ver como inmutables practicantes de la indiferencia... a veces hasta se gozan el que haya tanta maldad por todos los rincones de la tierra, porque entienden que son señales de que está a la vuelta de la esquina, el regreso de aquel en quien han confiado el sentido de su existencia: el Jesús bíblico.

Pienso que el cristianismo podría surtir un bienestar inmediato, si contraviniéndose proclamara que sí, que un reino de justicia y de paz es posible en este mundo; pienso que el cristianismo podría "desensuciarse" de una vez y por todas, si convidara a la humanidad a despreocuparse por un improbable "más allá", y a abrazarse a la causa de este "más acá", enseñando al ser humano a creer en el ser humano, que es el fin indefectible hacia el camino, la verdad y la vida.