lunes, 3 de mayo de 2010
Por Orbis Beltré
Miembro de la Asociación de Ateos Dominicanos
LAS IDEAS SE DEBATEN, NO SE COMBATEN.
Hay una historia de la historia de la humanidad que nunca se cuenta. Se trata de una historia sin gramática ni arreglos, es la historia que cada individuo va esculpiendo a través de su accionar en el diario vivir, a veces hasta sin enterarse. Esa historia es la que edifica en los demás nuestra personalidad.
Las relaciones humanas deberian partir de ese punto, de ese conocimiento de los demás. Pero como rara vez tenemos un saber a priori de la realidad ajena a nosotros mismos, nos vemos precisados a recurrir al recurso de la interpretación de la apariencia. Asi solemos emitir juicios sin reparar si están o no precedidos de justicia.
No se y quizás jamás sabremos de cuántos humanismos y de cuántos renacimientos precisará la humanidad para que la tolerancia, el respeto hacia a los demás y la verdad ajena tengan un valor inviolable. Han transcurrido cinco siglos desde que occidente se pronunció a favor del ser humano por sobre todas las cosas, incluyendo las deidades.
Se pensó que en las líneas de El Quijote de la Mancha estaría plasmada por siempre la libertad de las ideas a través de la literatura y del oficio de escribir, pero no. Todavía hay obtusos que se rehúsan a aceptar que el oscurantismo ha sido superado con vastísima evidencia: ya la humanidad no censura aquello que la salva cada día de recaer en la miseria de los dioses, en el atraso.
Las sociedades, al menos en occidente, poseen en cada ciudadano una voz con derecho de expresión, con derecho incluso a disentir.
De ese derecho, de tal derecho de expresión es que estamos haciendo uso los que no somos diositas ni diablitas, los que simplemente somos ateos y tenemos como urgencia procurar el bienestar del ser humano aquí y ahora, porque evidentemente, esta es la única vida que tenemos . Es un derecho que nos asiste y un deber que a gritos nos exige la sociedad dominicana en este caso.
La voz de ATEODOM podrá resultar necia e hiriente a ciertos oídos, pero, de ahí a que el capricho de los diositas la escuche irrespetuosa hay mucha diferencia. Y sepan ustedes que, nadie podrá prohibirnos desenmascarar la farsa, ya moribunda por cierto.
El Estado Dominicano, con todas sus dolencias y demás, no puede existir al margen de los demás estados de occidente o del mundo, y mucho menos volverse contra su propia esencia. El ateísmo es ya una realidad ineludible que pronto muy pronto tendrá gran influencia económica, política, social, cultural y hasta militar en nuestro país.
Damos todo nuestro apoyo moral a los valientes periodistas y medios de comunicación que nos han acogido desde el primer momento. Reconocemos muy especialmente, la solidaridad y el interés que han mostrado y demostrado hacia ATEODOM hombres como José Francisco Arias de CRISTALYCOLORES y Robert Vargas de CIUDADORIENTAL.
¡Gracias amigos!
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