La Constitución
dominicana no establece un Estado teocrático, no se identifica con ninguna
corriente religiosa, y por lo contrario, en su artículo 45 sienta la base
jurídica para evitar que la autoridad pública se confabule con cualquier
iglesia en actitud de derogar a su favor, dineros del tesoro nacional. Yo no
objeto la religión, pero entiendo que la fe en lo divino no es un asunto
vinculante al dinero, y menos cuando se trate de dinero ajeno.
En República Dominicana
hay católicos y astrólogos, hechiceros, evangélicos y espiritistas, musulmanes
y taoístas, hinduístas y budistas; y también hay ateos y agnósticos. Ningún
grupo puede pretender que el Estado le financie su creencia o no creencia religiosa
o filosófica, porque tal pretensión sería una afrenta no solo al artículo 45 de
la Constitución dominicana, sino además al artículo 39 de la misma, que
“condena todo tipo de privilegio y situación que tienda a quebrantar la
igualdad de las dominicanas y dominicanos”.
Es sorprendente que los cristianos evangélicos, que no hay que dudar de su alta honestidad, en vez de pronunciarse en contra del inconstitucional Concordato entre el Estado dominicano y el Estado vaticano a través del cual se privilegia a la Iglesia católica con recursos públicos, se quieran sumar a esta práctica desleal respecto a los demás miembros que conformamos la sociedad dominicana, arengando un proyecto de ley que busca beneficiarlos con un 2% del ya hartamente malogrado presupuesto de la nación.
¿Acaso nos falta ver en los próximos días a los musulmanes, a los hinduístas, a los budistas, a los taoístas, a los espiritistas, a los astrólogos y a los hechiceros dominicanos, enarbolar sus respectivos proyectos de ley exigiendo la asignación de un por ciento del presupuesto de la nación para financiar sus creencias religiosas, sus visiones filosóficas, sus prácticas extra normales, o simplemente a los ateos y agnósticos que también vivimos en este país, y que prohijamos la laicidad del Estado, la educación científica, la igualdad ante la ley y el respeto a las personas, en los términos establecidos en los artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
Puesto que los cristianos evangélicos se precian de decir que son personas serias, íntegras y que responden al llamado de su dios, que lo reconocen en las escrituras bíblicas, mismas que postulan como la fuente de la moral humana, y por la que se rigen, en sus vidas públicas como en sus vidas privadas, ha de ser considerada de gran interés la siguiente hipótesis:
Se estima que el 18% de la población dominicana es cristiano evangélica. De acuerdo a datos del Banco Mundial (2013), la población dominicana es de 10.4 millones de habitantes. Entonces la ecuación es así: 10,400.000 x 18 / 100 = 1,872,000.
O sea, en República Dominicana la población cristiano evangélica es de 1,872,000 habitantes.
Pero supongamos que solo el 50% de 1,872,000 ciudadanos se trata de personas en edad de trabajo, lo que sería igual a 936,000 personas trabajando. De todos modos, vamos a considerar que de esas 936,000 personas solo el 50% está trabajando, ganando un sueldo promedio de $11,000,00 al mes. Si esta fuera la realidad, la ecuación sería así: 936,000 / 2 = 468,000 x $11,000,00 = $5,148,000,000,00;
Hasta este punto la ecuación revela que 468,000 personas ganando al mes $11.000,00 representan un monto total de $5,148,000,000,00.
Si estos empleados cristianos evangélicos cumplieran con el mandato bíblico de diezmar, establecido en Levíticos 27:30, Deuteronomio 14:23, Números 18:26, y Malaquías 3:8-10, la ecuación sería así: $5,148,000,000,00 x 10 / 100 = $514,800,000,00 (al mes para las Iglesias evangélicas).
Pero si solo el 50% de 468,000 personas ganando al mes $11,000,00 pesos decidiera diezmar, la ecuación sería así: 234,000 x $11,000,00 x 10 / 100 = $257, 400,000,00 (al mes para las iglesias evangélicas).
Pero si solo el 50% de 234,000 personas ganando al mes $11,000,00 decidiera diezmar, la ecuación sería así: 117,000 x $11,000,00 x 10 / 100 = $128, 700,000,00 (al mes para las iglesias evangélicas);
Pero si solo el…
En conclusión, la hipótesis anterior podría probar que si los cristianos evangélicos son, solo medianamente personas serias, honestas, íntegras, y que respetan la Biblia como palabra de su dios, las iglesias evangélicas deberían ser, en su conjunto, una de las instituciones, a instancia privada, con más dinero, en nuestro país. No sería sensato entonces, que los cristianos evangélicos estén pidiendo al Estado dominicano, que se les asigne, para financiar su fe religiosa particular, un 2% del Presupuesto General de la Nación. Esta propuesta debería ser vista como la representación de la poca vergüenza y del mucho egoísmo de los cristianos evangélicos, en un país en el que el Gobierno es incapaz, económicamente, de asignar los recursos que por ley corresponden al Ministerio de Salud Pública, por ejemplo.
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