Santo Domingo de Guzmán |
"... no te preocupes, que hoy es
domingo y Dios descansa; disfrutemos del momento y de este sitio que nos regala..." Alejandro Sanz.
Por Marina Haché
Domínicos = Los perros de Dios
Dominicanos = Los perros de los dioses
Relacionados con las debilidades y las fortalezas del hombre, con sus virtudes y sus defectos, han estado por siempre los animales, cuyas representaciones existen en todas las culturas, en todos los tiempos.
A continuación les relato la relación que el catolicismo ha establecido entre el perro y nosotros como dominicanos:
En 1492, la corona española, unida en Castilla y Aragón, en un mismo año, concretó la unificación de España, política y territorialmente, echó fuera a los últimos moros, con la rendición de Granada, y desterró a los judíos del suelo español, logrando, además, la increíble hazaña del “descubrimiento” de América. Por su parte, pocos años antes, la Iglesia (que sólo era una), unió su cruzada contra infieles y herejes con los intereses políticos de los reinos encabezados por los reyes de España y con una brutalidad y una ambición de poder y riqueza que desnaturalizó casi toda buena intención de evangelizar y convertir a moros y judíos al cristianismo, avanzó con impiedad sobre América, convirtiendo, “con la espada como argumento, a los nativos vivos, en cristianos muertos” (Neruda).
Los dominicanos debemos nuestro gentilicio al nombre de la congregación de la orden de los Dominicos, gestores de La Santa Inquisición, “preservadora” de la fe cristianocatólica durante años, a través de la tortura, el castigo y la búsqueda incansable del hereje por los perros (de presa) de Dios. Los dominicos, a su vez, deben su nombre a Santo Domingo de Guzmán. Domingo proviene del latín Dominicus (“del Señor”), y de aquí tenemos “Dominicanus”, que es el nombre en latín, de los dominicos.
Ciertamente, no hay forma de asociar los hechos 523 años después de la misión apostólica, como tampoco “cuadran" 523 años después, la corrupción y el abuso contra tantos pobres y excluidos, con la indiferencia y hasta la complicidad de los cristianos “domini-canos”: los "Perros" se agrupan en manadas y no se distinguen si son guardianes de la fe o de la corrupción. De todos modos, son colonizadores sin alma.
Los dominicanos hemos sido degradados, ya ni siquiera por herencia somos los PERROS DE DIOS, sino que hace mucho que somos los perros de los dioses locales.