Por Fernando Pino / Artículo publicado el 16 de abril de 2014
Encontrándonos en plena Semana Santa, una de las conmemoraciones más célebres del cristianismo, este es un gran momento para mencionar la figura de Jesús de Nazaret, su máximo protagonista, y, sin lugar a dudas, uno de los nombres más conocidos que pueda haber en la cultura occidental. La existencia de Cristo, como también se lo conoce, es un hecho facto para más de 2 mil millones de personas en el mundo entero, prácticamente un tercio de la población mundial, es negada por una minoría, inexacta para el judaísmo e irrelevante para un número aún mayor en oriente.
Si Jesús
realmente existió es
una cuestión en debate desde hace muchos años, abordado desde los más diversos
enfoques y analizando innumerables factores. ¿Qué es lo que se sabe al respecto
entonces? ¿Hay evidencias de la existencia
de Jesús? ¿Existió Cristo fuera de los relatos bíblicos? Son
interrogantes que nos llevaría mucho tiempo descifrar. Desde las ciencias,
conozcamos brevemente cuáles son las cosas de las que realmente se tiene
constancia en esta escabrosa cuestión, las evidencias adjudicadas y las
verdaderas posibilidades... Comencemos con el recorrido.
El Sudario de Turín
Obviamente, son
los cristianos quienes creen que Jesucristo fue un personaje real, pero el
llamado Sudario de Turín fue la evidencia
física de que Jesús de Nazaret realmente existió, más allá de
lo que cuenta la Biblia, para muchos otros tantos, incluyendo miembros de la
comunidad científica. Básicamente, el Sudario de Turín es una antigua sábana
hecha en tela de lino, una mortaja que tiene la imagen de un hombre que muestra
claros signos de haber sido víctima de una crucifixión y castigos físicos.
Millones de personas han peregrinado hasta la Catedral de San Juan Bautista, en
Turín (Italia), donde se encuentra el sudario, para adorar ésta reliquia, lo
que les resulta la evidencia de que su salvador realmente existió.
Sin embargo, científicamente hablando, el
sudario no es más que una falsificación. El sudario despertó un
enorme interés en los científicos, pero hasta que se le realizaron análisis de
datación por radiocarbono (carbono-14) y se pudo constatar irrefutablemente que
se trata de una tela de la Edad Media, bastante lejos de la época en la que
Jesús habría existido. De hecho, historiadores que también analizaron el
fenómeno del Santo Sudario encontraron textos del año 1389, escritos por el
obispo Pierre d'Arcis, en los que se narra como la imagen fue pintada en el
sudario de forma astuta y deliberada, e incluso se menciona cómo la pintó aquel
artista.
De todas maneras, pese a la comprobada falsedad del
sudario, millones de personas creen que se trata de una evidencia
de Cristo en la Tierra. ¿Y cómo culparlos, si la Iglesia católica aún hoy la mantiene en una de sus sedes, en exhibición pública y sin
aclarar absolutamente nada acerca de su fraudulencia?
La Vera Cruz
Alrededor del
mundo existen numerosos fragmentos en madera que se conservan como reliquia de
primer orden, astillas de lo que sería la Santa Cruz y pequeñas cruces
fabricadas a partir de trozos de madera en la que el propio Jesús fue crucificado.
Del mismo modo, existen clavos presentados del mismo modo, pero en ambos casos,
la veracidad científica de estas reliquias es nula. De hecho, si se juntaran
todas estas reliquias de cada iglesia que asegura tener un fragmento de la
cruz, se podría construir una mansión entera.
Ya para la Edad Media, John Calvin hacía
referencia al hecho mencionando que en el siglo XVI habían tantas iglesias que
aseguraban tener un fragmento de la Vera Cruz que habría suficiente madera como
para llenar un barco completo con astillas. Aún así, la autenticidad ninguna de
todas estas astillas fue establecida en forma certera jamás.
Los santos clavos
Como recién lo comentaba, existen
también los supuestos santos clavos, que habrían sido los clavos con los que
Jesús habría sido crucificado. Tal como ocurre con cada una de las tantas
reliquias sagradas de la Iglesia, la verosimilitud de los clavos no coincide
con las descripciones que se las presenta.
En el caso de los clavos existe también un intenso
debate y no hay consenso en la comunidad cristiana acerca de cuál es el número
de clavos reales con los que se clavó a Cristo
en la cruz, lo que si sabe, por el contrario, es que hay al
menos 30 clavos que hoy se exhiben al público en diferentes iglesias católicas
y ortodoxas del este como los santos clavos.
En 2011, Simcha Jacobovici, director de cine, presentó
un documental titulado Los
clavos de la cruz, en History Channel, donde contó la historia de 2
clavos encontrados en Jerusalén, que tendrían una procedencia de unos 2000 años
de antigüedad. En su momento, fue una sensación para todos los que quisieron
seguir su juego, excepto por todos los profesionales y académicos que fueron
contratados y luego despedidos por el propio Jacobovici cuando plantearon las
falsedades de lo que el director aún quería plantear.
Los códices de plomo
Existen lo que se llaman códices de
plomo, básicamente, libros de metal que incluyen escrituras codificadas sobre
la existencia de Jesús de Nazaret e incluso una imagen suya y que serían los
documentos cristianos más antiguos de la historia. Más precisamente, se trata
de 70 plaquetas de plomo fundido que se encontraron en Jordania, que fue la
prueba de la existencia de Jesús para los cristianos y que de ser así, sería
uno de los descubrimientos arqueológicos más fascinantes de todos los tiempos.
Lamentablemente, tampoco fue así y luego
de analizar las placas desde las ciencias se comprobó la inexactitud anacrónica
y lógica en la codificación, un revoltijo de dialectos sin sentido y hasta la
falsa procedencia de la imagen de Cristo, tallada apenas 50 años atrás. Una vez
se publicaron los resultados de las investigaciones científicas de los códices,
el principal “erudito” que previamente había asegurado la autenticidad de estas
escrituras, confesó que en realidad carecía de credenciales o títulos oficiales
reales...
La corona de espinas
de Cristo
Según los relatos,
previo a la crucifixión,
a Jesús de Nazaret se le colocó una corona de espinas en la cabeza. Muchísimos
cristianos creen que aún hoy, esa corona existe. Sin embargo, ocurre lo mismo
que con las demás reliquias mencionadas hasta ahora: data del siglo XVI y los
tantos fragmentos que están dispersos por toda Europa, exceden la cantidad que
una corona de espinas podría llegar a tener.
No obstante, en el próximo punto encontramos una de
las posibles
evidencias de la existencia de Cristo de mayor relevancia hasta nuestros
días.
Los manuscritos del Mar Muerto
También conocidos
como los Rollos
de Qumrán, estos manuscritos son 100% reales y representan uno
de los hallazgos arqueológicos más significativos de los últimos tiempos,
datando efectivamente de la época en la que habría existido Jesús de Nazaret.
Estos manuscritos pueden o no ser una evidencia
de que Jesucristo existió, todo depende de a quién le
preguntemos y a quienes queremos creerle según lo que plantea. Los manuscritos
fueron descubiertos en Khirbet Qumrán, Cisjordania, entre 1946 y 1956,
contienen un total de 981 textos producidos en hebreo y arameo antiguo, datando
de entre los años 150 a.C. y 70 d.C.
Son de una importancia histórica,
religiosa y lingüística verdaderamente inmensa, pues incluyen los manuscritos
más antiguos conocidos en lengua hebrea del Tanaj, con escrituras que luego se
añadieron a los relatos bíblicos.
Tienen la particularidad de mencionar
entre sus tantas líneas a un personaje llamado “maestro de justicia”, que para
los cristianos, es una referencia a Jesús de Nazaret. Sin embargo, la mención
aparece en una única oportunidad y en ningún momento se habla explícitamente de
Jesús como tal y no se hace alusión alguna al mismo ni en forma codificada ni
simbólica.
Los expertos aseguran que el personaje
del que se habla vivió en realidad en el siglo II a.C. y que pese a las tantas
asimilaciones que se han intentado desarrollar entre Jesús y este personaje, la
relación no tiene sentido realmente. Aún así, muchas personas creen que aquí se
habla de Jesucristo.
La Biblia
Únicamente para
los cristianos, la
Biblia es la evidencia de que Jesús de Nazaret realmente ha existido.
Prácticamente todo lo que se conoce sobre Jesús proviene de allí y nada más.
Entonces, ¿existen evidencias científicas
de que Jesús de Nazaret existió? La respuesta es que no, mucho
menos de sus hazañas, rotundamente irracionales, carentes de fundamento e
ilógicas. Aun así, una lectura crítica y seria de lo que dice la Biblia sobre
Jesús, nos permite figurar a un hombre que vivió a comienzos del siglo I, que
habitó diferentes zonas de Galilea y Judea predicando y que cerca de los 30
años de edad cumplidos, fue crucificado y asesinado por los équites de la
Antigua Roma. Nada más que esto.
Una prueba científica es un hecho, un conocimiento objetivo que es verificable
y reproducible. Ninguno de estos factores se cumplen en lo que se menciona como evidencia
de Cristo, por
lo cual desde las ciencias, no
podemos asegurar que Jesús de Nazaret existió más allá de las ficciones del Hombre.
Ahora bien, te invito a dejar tu opinión
en la sección de comentarios.
Fuente: http://curiosidades.batanga.com/5790/evidencias-de-la-existencia-de-jesus